domingo, 1 de junio de 2014

EN LA ESPERANZA




Otoño
eres una ciudad deshabitada;
sólo un tañido lejano
frío y distante
-el último sol de la tarde-
acoge tu lento paso
casi mortecino
agotado...
Qué bella es tu agonía expectante.
Veo tus copas vacías
entregadas como una súplica
al calor de una nueva primavera.
Altas ramas fecundas y plenas de vida
ahora sarmientos implorantes
vacíos de hojas
convertidos en lágrimas estériles
que el viento lleva enterradas
bajo mis pies
con su pálido color dorado
iniciando despacio en la oscuridad
un nuevo latido
un nuevo nacimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario