martes, 3 de junio de 2014

BIENAVENTURADOS




los que rezan todavía
los que ya han llegado
los que te  dicen: sigue
los que creen y  confían
los que  saben  escuchar
los que inician  el camino
los  que aman a  los niños
los que  llaman a tu puerta
los que persiguen la belleza
los que cantan todos los días
los que han alcanzado la cima
los perros y también  los gatos
los que han caído y se levantan
los que hacen callar a las armas
los que  conversan con las flores
los que saben amar a un  anciano
los  que no conocen a su  enemigo
los que dan de comer a los pájaros
los que no conocen la desconfianza
los que devuelven lo que no es suyo
los recién nacidos recibidos sin amor
los que siempre están preguntándose
los jóvenes mayores de cuarenta años
los que bendicen a Dios al nacer  el día
los que aman y nunca han sido amados
los que “han dejado todo  por Mi causa”
los que equivocados saben pedir perdón
los animales abandonados sin compasión
los que señalan con el dedo las injusticias
los que miran atrás y corrigen sus errores
los que presienten que mañana será tarde
los que administran sabiamente su silencio
los samaritanos que cuidan de los enfermos
los poetas que iluminan el alma de las cosas
los que ganan sin hacer trampas en el juego
los que amando la vida la entregan con amor
la voz altiva y  enclaustrada de las campanas
los mendigos sentados en el banco  del olvido
los que esperan serenos a la hermana Muerte

los que aman y cuidan nuestra casa: la Tierra

los que han escogido el camino y no la posada
los que permanecen vivos en nuestra memoria
los que caminan con la espada del amor en alto
los que envidian la fortaleza generosa del  árbol
los tañidos de las esquilas, que dormecen el aire
los que saludan todos los días a la Madre de Dios
los que siembran en el corazón palabras hermosas
los que al llegar la noche están colmados de alegría

2 comentarios:

  1. Gracias por estas bienaventuranzas,qué bien lo dices y cuénto dices. voy a imprimirla y ofrecerla a las personas que viven en la resi y todos los que visitan estas casas, donde intentamos vivir el dia a día, con la novedad de que somos capaces, alzando la vista y viviendo serenos y fekices estas horas, dias , meses y años hasta la despedida. ojalá lleguemos manteniendo la esperanza y la sonrisa.

    ResponderEliminar
  2. Bienaventurados también los que -como tú- me ofrecen su manta y abrigan mi camino. Gracias, hermana Felicidad.

    ResponderEliminar