viernes, 23 de mayo de 2014

MUJER



Son pocas mis manos para rodear tu cintura 
y llegar hasta donde tú sabes… 
Encenderte 
herido ya tu volcán… 
No me mires como loba herida 
mientras recorro tus pechos 
pequeñas lomas donde mi amor descansa 
roto en hervor blanquecino 
lava que fluye por todo tu cuerpo 
convertido en alocado mar, 
sólo mar
donde tú, mujer, y yo, 
somos náufragos perdidos.

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