miércoles, 21 de mayo de 2014

UN NUEVO DÍA


Me despierto y digo: “un nuevo día”.
Los pájaros madrugan más que yo,
sobre todo dos enlutados mirlos.
Sé que los árboles no duermen.
Empiezo con el rito del afeitado;
desde que me pellizqué odio la eléctrica.
Nadie me llama a tomar el desayuno.
En un tazón lleno de pan, café con leche.
“Hola”, digo antes a mis gatos
que runrunean esperando su primera comida.
El tazón y la cuchara me ayudan a desayunarme.
Mientras, escucho la radio
para saber lo que pasó ayer.
La prensa, todavía no.
Si tengo tiempo
en mi pequeño jardín lleno los comederos 
que utilizarán, ávidos, mis gorriones. 
Bueno, míos no. 
Los gorriones no quieren dueño. 
Limpiaré todo más tarde.
A ver, a ver… No sé si me falta algo.
Siempre se me olvida el móvil.
Cojo las llaves para… ¿adivinas?
Varios días sin llover.
Entro en mi pequeño coche.
“Lávame, marica”,
alguien ha escrito sobre el capó.
Igual que ayer voy a la escuela.
Soy un viejo, pero feliz maestro, 
y los niños aguardan mi presencia;
chsss, ¡desean verme!
Ahora son las nueve quince horas.

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